Tamara de Lempicka (1898-1980) fue la Lady Gaga de los años veinte. Nacida en Varsovia, viajó a Rusia, Londres, París, Milán, Nueva York, España y Cuernavaca (donde murió). Mujer polifacética, se dedicó a la pintura, siendo una de las figuras más destacadas dentro de la corriente del Art Decó. Además de su labor artística, su estilo y su forma de ser, adelantada a su tiempo y alejada de cualquier tipo de convencionalismo, hicieron que se convirtiera pronto en un icono de moda, apareciendo como portada en un número considerable de revistas. No fue, sin embargo, la única mujer que se atrevió a romper moldes. Así encontramos a dos escritoras francesas. Una fue Amandine Aurore Lucile Dupin (1804-1876), más conocida como George Sand, quien, en su obra Un invierno en Mallorca (1841), dejó constancia de cómo su estilo de vida escandaloso (pues vestía pantalones y no iba a misa) chocó de lleno con la mentalidad española y, concretamente, con la de los habitantes del bellísimo e idílico pueblo mallorquín de Valldemosa, a donde se había trasladado por una temporada con sus hijos y con el compositor polaco Frédéric Chopin. La otra autora fue Sidonie-Gabrielle Colette (1873-1954), cuya vida ha sido llevada al cine en 2018 por Wash Westmoreland, siendo brillantemente interpretada por Keira Knightley. En esa misma línea también podrían incluirse a la creadora del monstruo de Frankenstein, Mary Shelley; a la pintora alemana expresionista Paula Modersohn-Becker o a la artista estadounidense Margaret Keane, autora de los característicos retratos de personajes con grandes ojos. Estamos, en definitiva, ante mujeres de férrea personalidad, que no tuvieron miedo de exigir y reclamar un hueco en un mundo dominado por hombres.
Volviendo con Tamara de Lempicka, esta se relacionó con algunos personajes relevantes de la época como Coco Chanel, Greta Garbo o, incluso, el mismísimo rey Alfonso XIII, para quien realizó un retrato. La exposición, que se puede visitar en el Palacio de Gaviria hace una retrospectiva de su carrera tanto artística y profesional como personal. Aquí os dejo una de sus frases: «He pintado reyes y prostitutas… No pinto a una persona porque sea famosa. Pinto a los que me inspiran y me hacen vibrar.»